sigue siendo la iniciativa de la Industria de Software ecuatoriana al mercado mundial en momentos en que el mundo regresa a ver a América del Sur como una importante fuente de iniciativa e imaginación para el desarrrollo de software.
Por América del Sur, europeos y norteamericanos vinculados a la industria IT, "entienden" principalmente a Brasil y Argentina, donde el potencial humano y creativo renace sobre la base de la retro-alimentación mutua entre la comunidad y el software libre y código abierto. La razón competitiva es simple: en Brasil los ingenieros y tecnólogos de software saben y les gusta programar, y lo más importante son pagados por ello con sueldos dignos de técnicos. El diseño y la programación orientada a objetos, los entornos de trabajo y los nuevos conceptos alrededor de servicios como ESB y SOA no son extraños a la industria.
Acá en la República del Ecuador mientras tanto, el técnico programador sigue siendo un sugeto explotable al mismo nivel de una trabajadora doméstica. Instituciones financieras contratan secretarias por 350 dólares mensuales e ingenieros de sistemas por 200, mientras que los grandes contratos informáticos tienen más de amarre, corrupción y engaño que de tecnología.
El “efecto pantalla” generado por gran parte de la industria local con Visual Basic como su herramienta estratégica ha dañado el mercado y es muy poco lo que puede ofrecer. Peor aún si los abundante ingenieros de sistemas generados por las abundantes universidades creen que nos es necesario saber programar para hacer software... absurdo !
